lunes, 12 de junio de 2017

La crisis financiera de 1929 y John Maynard Keynes


Las Burbujas financieras se producen cuando la cotización en la bolsa deja de reflejar la marcha de la economía real. El problema de las burbujas es que una vez que alcanzan cierta altura explotan. Eso le sucedió a nuestro mundo en los últimos meses de 1929.
Nada hacía pensar en marzo de 1928 cuando las acciones de Wall Street subían rápidamente que unos meses después todo colapsaría.
En 1928 en la Vieja Europa, la precaria Paz de Versalles soportaba constantes fluctuaciones comerciales, mientras que, se extendía el florecimiento económico bajo el predominio estadounidense desde 1923. Gran Bretaña fue uno de países beneficiados por el flujo de capitales estadounidenses entre  los años 1923 y 1928.
Las inversiones permitieron la reconstrucción europea pero fueron chocando poco a poco con medidas proteccionistas que impidieron la colocación de diferentes productos.  



En Estados Unidos la situación era parecida a la actual. Si enfrentamos una crisis similar en pocos años o meses sepan que no es pura coincidencia. La Humanidad comete errores todo el tiempo y vuelve a tropezar mil veces con la misma piedra.
Estados Unidos de América en 1929 era rector de la economía mundial. Exportaba al exterior capitales y mercancías. Especulaba con el valor de sus tierras productivas y de sus acciones en la bolsa. ¿Alguién recuerda la burbuja inmobiliaria de U.S.A en 2008? Cuando explotó, muchos economistas argentinos hablaban de la burbuja inmobiliaria en España. ¡Cómo si esa economía pudiera destruirlo todo! No, mis queridos, cuando hay fiebre es un síntoma, no es la enfermedad.
En 1929, la crisis en Wall Street hizo que los capitales estadounidenses se retiraran de Europa y el Viejo continente entró en una depresión pasmosa. Era algo nunca antes visto. Hasta ese momento John Maynard Keynes había sido un fiel partidario del monetarismo.
Las políticas del laissez-faire, el dejar hacer que solo benefició a los más ricos, acabaron en 1932.  Franklin D. Roosevelt venció a Herbert Hoover en las elecciones presidenciales de ese año.
Roosevelt, hombre brillante, llamó a Keynes para que lo asesorará. J. M. fue al rescate. Franklin D. lo sabía. Ambos eran los hombres correctos, en el lugar correcto en el tiempo indicado.
En mi humilde opinión, J. M. Keynes es uno de los economistas más importantes de la Historia.  Escribió su obra Teoria general de la Ocupación, el Interés y el Dinero en 1936.


Franklin D. Roosevelt había puesto en marcha el New Deal.
A la larga todo estaría bien en los Estados Unidos de América. Pero, en Europa la república de Weimar (Alemania) había caído; primero en la Crisis económica y luego en el Nazismo. La pesadilla de la Gran Guerra comenzaba su Segundo Acto.

Lía Olga Herrera Soto

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