Alfred Marshall, economista de Gran Bretaña, escribió en 1890 su obra Principios de Economía.
En su libro explicaba la demanda partiendo del principio de
la utilidad marginal y la oferta partiendo del coste marginal o sea del coste
de producir la última unidad.
Sostuvo Alfred Marshall que
las preferencias de los
consumidores hacia bienes más económicos y la de los productores hacia bienes
más caros, se irían equilibrando mediante la competitividad de los mercados.
El precio surgiría de ese equilibrio y haría coincidir la
cantidad de productos que los compradores deseaban comprar con la cantidad de
productos que los productores desearán vender.
En parte esto es verdad. Pensemos cómo funciona en la
actualidad el mercado. Los productores de los llamados “bienes suntuosos” hacen
una limitada cantidad de bienes para mantener un precio “alto” de los mismos,
el poder adquisitivo y el deseo posesivo de los consumidores, o sea lo que
están dispuestos a pagar, hace que dicha estrategia de venta se convierta en un
éxito o en un fracaso.
El problema es que Marshall pensaba que el equilibrio del
mercado se alcanzaría en los mercados de dinero y de trabajo. Eso lo explicaré en el próximo posteo.
Lía Olga Herrera Soto