Karl Marx pretendía que los medios de producción dejasen de
pertenecer a la burguesía y pasasen a ser propiedad de la sociedad como
conjunto.
Continuar con el status quo, según Karl Marx, se
trataba del “suicidio del trabajador”. Porque en lugar de consolidarse la
solidaridad entre obreros, éstos luchaban unos contra otros. ¿Cómo? Pues, destruyendo sus empleos, luchando por captar
la mayor parte del mercado mundial en búsqueda de acaparar el mayor capital
posible.
Además, Karl Marx sostuvo que el desarrollo
técnologico llevaría poco a poco al reemplazo del trabajador. La máquina, como
en un cuento de Asimov, reemplazaría al Ser Humano de modo indefectible.
Paradójicamente, para este autor el problema es que el
trabajador es quién produce la máquina que va a reemplazarlo. ¿Por qué no
percibía esta situación el trabajador del siglo XIX? Sostiene Marx que el
trabajador vivía y viviría aún hoy la ilusión de que no será despedido por el
empresario capitalista si cumple con su labor.
Ideario que solo cambiaría en la crisis económica de
1929, pero esa es otra historia.
Karl Marx quería mejorar la máquinaria considerando
que el trabajador sería quien la maneje, perfeccione y reconstruya. Creía que
la acumulación de capital no debía ser la base o motor del crecimiento
económico sino que debía serlo el deseo de resolver las necesidades de los
Seres Humanos en su conjunto.
Lía Olga Herrera Soto